10.2.09

el paisaje de la contradicción (4)

II Bienal de Canarias. Arquitectura, arte y paisaje.
En las últimas décadas, la economía española en general y la canaria en particular se han basado en la explotación del territorio (y en el sistema financiero imprescindible para ello). El territorio es un bien limitado y no renovable; por lo tanto, el modelo económico es insostenible. No sólo por afectar al paisaje físico, sino por afectar al paisaje social: el modelo desarrollista vinculado al ‘sector cuaternario’ provoca un ‘efecto llamada’ que pone el territorio insular al borde de su capacidad de aportar recursos y absorber y articular población. Esta circunstancia nos ha convertido en un observatorio privilegiado del paisaje social y cultural del mundo devenido parque temático. Canarias no puede seguir jugando al ‘autoexotismo’ insular porque no es más que un cultivo de los agentes patógenos de la globalización.
El actual modelo económico nos ha conducido a un nivel de bienestar y de riesgo desconocidos en la historia. Canarias goza de una situación de privilegio (su industria no se puede deslocalizar) para afrontar los embates de la globalización aprovechando sus oportunidades. Sus instituciones han gozado de una liquidez que hubiera permitido ensayar modelos de crecimiento alternativos en esa línea. Pero sus dirigentes –que promueven las bienales- no sólo no han puesto freno a ese modelo de crecimiento sino que lo han fomentado, muchas veces transgrediendo los propios mecanismos de control de los que deberían ser garantes, desperdiciado irresponsablemente una oportunidad histórica para invertir en futuro y sometiendo el archipiélago -que hubiera podido alcanzar un alto nivel de bienestar con una cifra estable y baja de visitantes- a unas tensiones muy peligrosas.

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